
Hace un año, el brutal asesinato de Fernando Villavicencio, entonces candidato presidencial de Ecuador, sacudió al país y resonó en todo el mundo. Este trágico evento no solo dejó una profunda herida en la sociedad ecuatoriana, sino que también dejó sin respuesta muchas preguntas cruciales. A un año del crimen, Ecuador se encuentra nuevamente en plena campaña electoral, pero el caso de Villavicencio sigue envuelto en misterio y la justicia aún no ha identificado a los autores intelectuales detrás de este atentado.
El país ha estado sumido en una declaración de estado de conflicto interno armado durante gran parte del año, lo que ha complicado aún más la situación. La prolongación de este estado de emergencia ha puesto en evidencia la profunda crisis de seguridad que enfrenta Ecuador y la dificultad para esclarecer un caso tan sensible como el de Villavicencio.
En medio de este panorama de incertidumbre, Ana María Cañizares tuvo la oportunidad de conversar con Amanda Villavicencio, una de las hijas del político asesinado. Amanda, con la voz cargada de dolor y determinación, expresó la necesidad de que se conozca la verdad detrás de la muerte de su padre. Para ella, y para muchos ecuatorianos, la justicia sigue siendo un anhelo pendiente, y la falta de claridad en el caso es una herida que sigue abierta.
El recuerdo de Fernando Villavicencio y su lucha por un Ecuador mejor sigue vivo, pero la falta de respuestas concretas sobre su asesinato ensombrece el futuro de la nación. A medida que el país se prepara para elegir a un nuevo presidente, la memoria de Villavicencio y la exigencia de justicia resuenan con más fuerza que nunca.