En una sesión tensa y marcada por manifestaciones, el Senado mexicano aprobó en la madrugada del miércoles una reforma constitucional que transformará el sistema judicial del país al establecer que los jueces sean elegidos a través de elecciones populares. Esta medida ha desatado críticas entre diversos sectores que temen que dicha reforma politice la justicia y afecte la independencia judicial, poniendo en riesgo la estabilidad democrática.
El proceso legislativo enfrentó varias dificultades. La votación final se llevó a cabo en dos rondas, ambas con el mismo resultado de 86 votos a favor y 41 en contra. Este resultado representó un triunfo clave para el partido gobernante, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que había tenido dificultades para asegurar los votos necesarios, pero logró superar la oposición tras movimientos de último momento en el Congreso.
Uno de los momentos más comentados fue la ausencia temporal de un legislador del Partido Acción Nacional (PAN), quien solicitó una baja médica antes de regresar a su escaño para emitir el voto decisivo que facilitó la aprobación de la reforma. Este cambio de postura, influenciado por su padre, un exgobernador, generó controversia y especulación sobre los acuerdos tras bambalinas.
Horas antes de la votación, un grupo de manifestantes irrumpió en la sede del Senado, obligando a suspender temporalmente la sesión. Los manifestantes, muchos de ellos empleados judiciales y estudiantes de derecho, protestaban en contra de la medida, argumentando que la reforma pone en peligro la independencia judicial y podría llevar al país hacia una concentración de poder peligrosa.
Alejandro Navarrete, trabajador del poder judicial, expresó su preocupación ante los posibles efectos de la reforma. “Estamos aquí porque esta decisión amenaza con socavar los principios fundamentales de nuestra democracia. No podemos permitir que la justicia sea manipulada por intereses políticos”, dijo mientras sostenía una bandera de México en señal de protesta.
A pesar de la interrupción, el Senado retomó la sesión más tarde en otro recinto, y poco después de la medianoche, la primera votación se llevó a cabo, sellando el destino de la controvertida iniciativa.
Con la aprobación en el Senado, el siguiente paso será la ratificación por parte de las legislaturas estatales. Para que la reforma entre en vigor, se requiere el apoyo de al menos 17 de los 32 congresos locales. Morena, que ha tenido un buen desempeño en recientes elecciones estatales, confía en que cuenta con el respaldo necesario para que el proyecto sea avalado.
Sin embargo, la polémica no termina ahí. Además de las manifestaciones en las calles, la reforma ha generado inquietud en la comunidad internacional. El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, expresó su preocupación sobre el impacto que la medida podría tener en la democracia y la economía mexicana, al considerar que podría generar incertidumbre en los mercados y desincentivar la inversión extranjera.
Por su parte, los defensores de la reforma argumentan que permitirá una mayor transparencia y acercará el poder judicial a la ciudadanía, eliminando posibles vicios de corrupción al hacer que los jueces respondan directamente a los electores. No obstante, el debate continúa mientras la sociedad mexicana y el mundo observan de cerca los próximos pasos en la implementación de esta controvertida enmienda constitucional.